jueves, 22 de noviembre de 2012

La publicidad existencial o del anhelo.

Una de las fuentes que más invita a reflexionar sobre nuestro tiempo es la publicidad. En ella aparece una constante apelación a nuestros instintos, preocupaciones y deseos que, de alguna forma y no siempre, nos refleja. Con frecuencia se hace referencia al sexo, el éxito, la belleza y el poder que desde hace mucho parece suscitar una especial atención de las masas. La referencia puede ser relacional, subordinada o copulativa, pero estos elementos se repiten de forma manifiesta.

Yo he visto mucha televisión, seguramente más de la que debería y cuando pienso en la publicidad pasa por mí un desfile de anuncios de perfumes con desnudos delicados y música lánguida, bebidas alcohólicas que invitan a llevar una doble vida nocturna y "romper" con la rutina, maquinillas de afeitar que son "ultra-eficaces" y que además vienen acompañadas de una chica que besa la suave mejilla rasurada al terminar, y alimentos procesados que saben como los de "la abuela" (ente trascendente común a todos los mortales, la Abuela como condición de posibilidad de la nutrición). Luego estaban los absurdos sobre seguros y los de telefonía que apelan a la comunidad y al buen rollo conjunto. Estos últimos son muy perversos. Pero si tengo que elegir un tipo de anuncio que se caracterice por el impacto de su mensaje me quedo sin duda con los de coches. La variedad es tan amplia como el mercado y los perfiles de persona a los que quieren llegar. Muchos siguen sacando a modelos explosivas o/y explotadas haciendo majaderías alrededor del coche, otros a familias "felices" en coches en los que cabe todo, incluso un dvd para que tus niños no te hablen durante el viaje. Pero los que más me interesan son los del mensaje abstracto, casi existencial. En 2001 salió el anuncio "¿te gusta conducir?" de BMW que ha seguido protagonizando la campaña hasta hoy y se ha llevado prestigiosos galardones. De repente, la publicidad empezó a referir a otras cosas. Ni sexo, ni familia ni poder ni dominio. Una mano solitaria y la experiencia de conducir. Es más, no se ve ni el coche.


Aquí es donde compruebo que nuestro tiempo ha entrado en una nueva etapa.  Durante los 70 y hasta el 2000 había un deseo de emancipación e independencia que se expresaba en las campañas publicitarias a gritos. Liberarse de las represiones, sean estas del tipo que sean. Buscar la comodidad o la incomodidad, pero hacer lo que uno quiera ¡que nadie te lo imponga, sólo yo que soy el que vende!. Esto ha dado para grandes fortunas, como era de esperar. Sin embargo, nada es eterno y parece que el corte "hedonista" ha perdido su hegemonía. Ahora que estamos gordos, con el trastero lleno de cacharros y las arrugas planchadas encontramos un vacío interior generalizado. De pronto lo que vende es el anhelo. Un proyecto de vida, un intento de autenticidad. Si bien el primer anuncio remite a la independencia, el gusto, la emancipación y al viaje, el segundo busca el punto débil: la soledad. La separación, la distancia inevitable a la que la mayoría se encuentra de sus seres queridos, la fuerza que bifurca los caminos en nuestras vidas. Sale la pareja, los amigos, el abuelo, la madre... el combinado irresistible de sentimentalismo, o como dicen las compañías de seguros: "lo que de verdad importa".



Es verdad que importan, pero son "los" no lo. Agotado lo instintivo y satisfechas las necesidades sigue quedando un anhelo de algo. Realización, existencia, afectividad o lo que sea. Parece que liberarse es algo más que romper con los dogmas religiosos o ideológicos. Es un camino doble que pasa por el encuentro,  donde la ida es una mirada conocedora, primaria e infantil al mundo y la vuelta es una mirada filosófica en la que uno se busca a sí mismo y se encuentra estando-en la vida. Ese es el verdadero camino de vuelta. Y sí, es un camino difícil.

18 comentarios:

  1. Siempre que se habla del movimiento de defensa de la emancipación, la libertad y el individualismo de los 70 me acuerdo del movimiento hippie y la cocción del neoliberalismo. Esa separación entre cada uno y los que le rodean puede haber sido de lo más característico de la segunda mitad del siglo XX, y se ve reflejado no sólo en las tendencias e ideas políticas, ¡sino también en los anuncios!

    PD: tienes muchas faltas :P

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    1. Una pregunta/reflexión a la PD:. Señalar puvlica o pribadamente los herrores o defectos de hotro, no siendo ha demanda del susjeto ¿es una muestra de cierta inmadurez, condescendencia y poca elegancia moral y estética? o ¿es una muestra de lealtad, cooperación y afan perfeccionista?

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    2. Es de ser darks.

      Era para que las corrigiese, simplemente, pero cuando lo escribí se me olvidó que estamos en la nube, fue una falta de decoro importante.

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    3. Aaaaaaaaall riiiiiiiiiiiight, hakuna matata.

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  2. Si la publicidad busca crear la necesidad de un producto y luego que lo compres, ¿que pretenden estos anuncios?, ¿que necesidad estan creando, ¿que no venden?, ¿anhelo de libertad, de amor, nostalgia de una familia, de sentimentos, ...?
    Cuando tengamos el coche y no consigamos satisfacer nuestras deseos ¿que haremos?: comprar mas coches logicamente no, ¡¡quemar la tele con con publicistas dentro!!.

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  3. Lo realmente difícil es que todxs seamos conscientes de que la publicidad es un arma muy eficaz del sistema de consumo, pero no la raíz del problema. Concienciación para que el retorno del "hedonismo" sea de una manera completa y no a través de una filosofía barata como la que utilizan los publicistas: Filosofía con mayúscula.

    PD: me gusta que estemos retomando la buena costumbre de los blogs. :)

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    1. Si vuelves a usar la x como plural neutro te meto fuego.
      Con HAMOR. :)

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  4. La labor de los publicistas es crear un valor colectivo y subjetivo de la marca, más allá del producto en sí. El publicista no trabaja por el producto sino por la marca. Qué mejor que usar para ello sentimientos y anhelos presentes en todos los seres humanos. Con esta entrada, por ejemplo, se demuestra que hacen bien su trabajo.

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  5. El "valor colectivo y subjetivo", cabal, de una marca, ha de currarselo a base de tiempo de ofrecer calidad y buen hacer. El publicista ayuda a la empresa, entrando a engañar y manipular los sentimientos y anhelos del consumidor, para crear "necesidades" (servidumbres) "innecesarias" y valores igualmente falsos. Es decir, hace de "manporrero", viola la intimidad y las debilidades intimas de los consumidores aprovechandose de su conocimiento de las mismas, para "joder" al consumidor, confundiendolo y corrompiendolo, o sea que profesión tan bonita la de publicista y que gran servicio a la humanidad, son responsables al 50% con sus patrocinadores de la estupidez, la corrupción y la suciedad, en la que actualmente nos ahogamos todos. ¿Parece,...no?

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  6. Llevas tanta razón hormiguita...
    El instrumento de la seducción usado contra nuestro punto débil: la vacuidad vital.
    ¡Conmover es tan fácil!, es un arma poderosa. Me gusta que vayas repartiendo escudos para reforzar la defensa.
    Hormiguita existencial, ¡curando la vulnerabilidad!

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  7. Quizas estamos dando el paso evolutivo consistente en comprender que esa “vacuidad”, que es cualidad del SER como el “Aquí y Ahora”, es inútil pretender llenarla desde el exterior y con lo exterior. Aprender a vaciar la estancia, está bien, permite bailar, por ejemplo. Y en cualquier caso solo podemos encontrar consuelo a esa tensión o hambre que esa vacuidad nos produce, llenándola desde el interior, con lo único que poseemos propio y genuino, que es lo único que nos puede saciar permanentemente. Con aquello que hemos relegado, de lo que hemos dimitido, escepto en contadas y muy privadas escepciones, aquello que casi nos avergüenza nombrar, sencillamente con nuestro AMOR. Claro que esto implica tener que vencer miedos, abandonar resentimientos, reales o imaginadas afrentas.. etc. Dejar de ser los perdedores, derrotados en la única emergencia personal, propia y genuina; dejando de caer en la trampa de la demanda de “justicia”, en la esclavitud de la demanda de “reciprocidad”, para decidir SER lo que verdaderamente Somos, a ultranza, …SER AMOR incondicionalmente, responda el/lo otro como responda. SER AMOR, lo que SOY, por mí mismo, y no según si el otro lo merece, o me interesa (en términos manipulativos). Dejar de utilizar lo que verdaderamente SOY como “mercancía, bien o premio” para recompensar a quien se lo merece, o escamoteárselo y castigar a quien no. Y dejarlo emerger libre e incondicionalmente y SER, para ser feliz, …vamos, me parece a mí.

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    1. ¿Tú eres el típico que en los turnos de preguntas de las conferencias se explaya para llamar la atención no?

      PD: no pienso continuar con una batalla dialéctica, sólo quería iniciarla y salir por peteneras.

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    2. ¿Por qué?
      ¿Por qué, eres tú quien asigna las etiquetas?
      ¿Por qué, por hacer algo que parece no ser de tu agrado me asignas el tópico de típico?.
      ¿Por qué, quien se explaya en una conferencia busca llamar la atención (¿quizás sea lo que tu harías?) en lugar de estar auténticamente interesado en el debate que se plantea?.
      ¿Por qué, si no piensas continuar un debate lo inicias?
      ¿Por qué? …bueno, espero que no te moleste que se hable de AMOR.
      ¿Por qué, no respetas más la libertad de que cada uno intervenga libremente, sin ser objeto de tu condescendencia?. ¿No será que te consideres superior? ¿No?
      ¿Por qué, pretendes controlar el blog de la “hormiguita existencial”? Primero fueron las formas (faltas de ortografía) y ahora es la extensión de las intervenciones. Tranqui, Croque.
      ¡¡ Oño…!!, ya me he pasao de las seis líneas, otra vez.



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    3. Tengo una pregunta respecto a tu planteamiento, German: ¿hablas de amor en un sentido cristiano? Un saludo

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    5. Creo que las palabras son patrimonio universal y por tanto paso de quienes pretenden a apropiárselas de forma excluyente, solo creo en la propiedad “del común”, ni siquiera en la propiedad intelectual. Además de esto, pienso que “cristiano” es un término bastante confuso, ya que puede aplicarse en principio a cada una de las sectas que han surgido alrededor de un conjunto de libros de autorías, intenciones y autenticidades muy discutibles y con resultados muy diversos, alrededor de un personaje de dudosa historicidad que se expresaba las mas de las veces de forma bastante críptica, que no dejó nada escrito, y que por tanto fue interpretado por una serie de paisanos con no demasiada formación académica y frecuentemente traducido y “retraducido” desde una lengua arcaica a otras, o sea…, sectas que para colmo no parecen haber sido en absoluto consecuentes, ni de lejos, con ninguna forma posible de interpretación del mensaje esencial del personaje del “Nuevo Testamento”, así que por ahí nada. Creo haberme referido a una sensación personal, emergente, interna, propia y universal, esencial y primera, de afección, identificación, alegría y felicidad. Donde el otro/los otros es/son mío/nuestros, donde lo tuyo, lo suyo y todo el resto, es común con lo mío y forma parte de lo mío, donde me siento responsable por tu dolor y por tu felicidad, donde al ser yo y lo mío, parte de todo, actúo en todo con la misma pasión, responsabilidad y respeto, porque todo me compete, me importa, porque… “nada de lo humano (o incluso de la existencia) me es ajeno”, aunque el otro viva totalmente ignorante de ello, pero yo no condiciono mis conclusiones y conducta a la estupidez ajena, solo a la mía y porque es inevitable.
      De momento, la síntesis no es lo mío, disculpas…, no sé si te aclaré la duda. :)

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  8. Porque soy un capullo.
    Por lo mismo.
    Tópico de típico, magnífico. Espectáculo de esdrújulas.
    Me refería a ese tipo de personas que buscan llamar la atención, no todos los que debaten tienen esa intención.
    Por trolleo.
    Por... no tengo ningún problema con hablar de amor.
    La respeto, no voy a coaccionar a nadie. Y no es condescendencia, era humor. Me considero superior a algunas personas, a tí no te conozco.
    Porque soy un megalómano manipulador que se siente inseguro en las situaciones en las que no maneja la dinámica rectora.

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