miércoles, 19 de diciembre de 2012

No seamos prácticos

El discurso del pragmatismo es tan viejo como el hambre, es más, justamente en ella tiene su origen. En tiempos de carestía, necesidad o descontento resurge la discusión, el debate y la búsqueda de acuerdo y soluciones. Topamos con un momento de análisis, otro de crítica al propio análisis y, después, llega el momento de sacar las cestas de soluciones. Hasta aquí distinguimos un proceso que, pese a lo precario que anima las circunstancias, es enriquecedor. Pero entonces, se enciende la bombilla del “Seamos prácticos”. Las soluciones que se basen en ideales o atenten demasiado contra lo que ya se tiene quedan fuera. Son cestas de navidad que se comen en las cenas y de las que luego nadie se acuerda. El discurso del pragmatismo es extremadamente convincente, extendido en los bancos de derecha e izquierda. Adopta, sin embargo, distintas formas. Para la derecha ser prácticos es “dejadmelo todo a mi”, dadle el mando a papá, que es el que sabe. Busquemos un padre conservador que se va a encargar de mantener el bien y el mal donde siempre han estado: arriba el bien (para ellos) y abajo el mal (para los demás). Para la izquierda ser prácticos es “pasar por el aro” y además empezar a hacer disoluciones y brebajes que no se traga nadie. Olvida lo del reparto, no rechaces tanto la economía de mercado, es que hay que darle dinero a los bancos, la izquierda no tiene por qué rechazar a la iglesia, etc. Ser prácticos para los unos es hacer lo que llevan haciendo desde tiempos del feudalismo y para los otros parecerse a los otros un poco para tomar un trozo del poder. Es decir, los de derechas son muy poderosos y los de izquierdas son más idealistas pero siguen pensando que para ser poderosos hay que ser como los otros. En los casos extremos, cuando han tenido poder absoluto, han llevado a cabo formas similares de totalitarismos sanguinarios. Eso si, siendo muy prácticos.


Feliz coincidencia, por mucho que el debate relativista y algunas honrosas excepciones quieran, la de que ser de derechas y estar forrado suelan ir de la mano. ¿Que pasa cuando las clases trabajadoras, que dependen en alto grado de las ayudas del estado, votan también a los conservadores? ¿No será algo así como lo de usar la misma raqueta que Nadal, el mismo pintalabios que Scarlett Johansson? Es decir, que si hago lo que hacen ellos me convierto en uno de ellos. Si la jirafa estira el cuello le crecerá y lo heredarán sus descendientes. Una mentira como un castillo, pero que sigue surtiendo efectos en la actualidad. Siendo prácticos y dejando de lado las tonterías, se consiguen las cosas importantes de la vida. Este lema lo han compartido toda clase de movimientos, pensadores, hasta yo lo comparto cuando se trata de hacer un trabajo escrito o preparar un bizcocho. Pero no vale como argumento en la discusión política, es muy dañino y empobrecedor, no está a la altura que conviene a las cuestiones de las formas de gobierno (¡que hay más de una y de dos, por cierto!)

¿Desde cuando es práctico crear una sociedad ideológicamente uniforme? ¿Que tiene de útil engañarse con falsos concilios?

Que la derecha siga siendo una roca y la izquierda una bomba de humo. La roca se mantendrá en su sitio y el gas, por más que ocupe todo el espacio, será completamente invisible.

Por favor, dejemos de ser prácticos.




(Post rescatado de lacasayelarbol.wordpress.com , mi anterior blog)

1 comentario:

  1. Tan sólo si el hombre logra dominar la sociedad y subordinar, el mecanismo económico, a los propósitos de la felicidad humana, si llega a participar activamente en los procesos de participación social (políticos y económicos), podrá superar aquello que hoy lo arrastra hacia la desesperación: su soledad y su sentimiento de impotencia.
    Actualmente el hombre occidental no sufre tanto por la pobreza como por el hecho de haberse vuelto un engranaje dentro de una máquina inmensa, de haberse transformado en un autómata, de haber vaciado su vida y haberle hecho perder todo su sentido.
    La victoria sobre todas las formas de sistemas autoritarios será únicamente posible si la democracia no retrocede, asume la ofensiva y profundiza para realizar su propio fin, tal como lo concibieron aquellos que lucharon por la libertad durante los últimos siglos.
    Triunfará sobre las fuerzas del nihilismo, la pereza y la desidia, tan sólo si logra infundir en los hombres aquella fe que es la más fuerte de las que sea capaz el espíritu humano, la fe en la vida, en la verdad, y en la libertad, …como realización activa y espontánea del yo individual.
    Erich Fromm. Miedo a la libertad.

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